Como anotaciones finales, es crucial comprender que todo el Programa de Desarrollo de la Frontera, será integralmente el que atraiga beneficios y compense o desvanezca entre sus diversas políticas, los riesgos negativos de cada una.
La zona libre por sí misma, si solo trata de mover la aduana y no cobrar impuestos a la importación en la región, ayudará al crecimiento pero no necesariamente a la productividad ni garantizará la competencia.
Sin embargo, vale la pena evaluarla de forma aislada, y comprender sus alcances. México es hoy parte de la OMC, TLCAN, TLCUE y otros tantos tratados comerciales con cerca de hasta 40 de las más importantes naciones en el mundo. Ello implica que accedemos en todo el País en lo general a casi todo lo que importamos con impuestos a la importación muy bajos (entre 0 y 20% máximo).
Por ende, zona libre ayuda, pero no trae el cambio absoluto de economía cerrada a libre; eso lo hemos venido viviendo desde 1986, con el ingreso al GATT, hoy OMC.
Así que haciendo la tarea de medir riesgos negativos, cómo evitarlos o disminuir su impacto, y enfatizando la necesidad de más competencia y mucha mayor productividad, la zona libre es una política pública que instaurará el gobierno federal venidero, con altas probabilidades de resultar muy positiva para la región norte de México, y suficientemente positiva para el interior del País, donde al menos, no deberá generarle conflicto.
-FIN AL TEMA ZONA LIBRE. SEGUIREMOS CON IVA-
No hay comentarios.:
Publicar un comentario