Uno de los riesgos de la zona libre, es que la ausencia de controles gubernamentales, podrían incentivar a la economía informal. Claro, otras veces los excesivos controles también inducen a la informalidad. Pero ahora se acota aquí la primera concepción.
Por ende, es altamente probable que no se anulen las tareas aduanales en la frontera al implementarse la zona libre, pues se deben mantener mecanismos de inducción a la formalidad, ya que el proceso de importación sin impuestos o derechos aduanales, se justifica siga existiendo.
Dado ello, la tramitología persistirá pero sería relevante generar un reingeniería que permita hacer eficiente y eficaz a la Aduana, pues dentro de los argumentos de falta de competitividad se encuentra la sobrerregulación en toda la actividad económica.
Requisitos como el estar en el RFC con 32D limpio, son mínimos básicos a exigir a un importador. Permitir importar a quien no cumple, es insensato.
El sistema fiscal electrónico de la reforma 2014, criticado, pero funcional para el propósito de lo citado en esta nota, ayudará al seguimiento o rastreabilidad de bienes hasta adquisición por el público en general, esto es, el consumidor final. Por lo que ayudará al gobierno a no incrementar la tramitología ni sus costos rentistas, para ejercer su función fiscalizadora.
(sigue 8a parte)
No hay comentarios.:
Publicar un comentario