Hoy en un evento de explicación del reclamo del gobierno de
Chihuahua a la federación por omisión de pago de recursos comprometidos,
aduciendo la causa de oposición de dicha federación a una serie de
investigaciones contra la corrupción de parte del gobierno de Chihuahua a la
administración ejecutiva anterior, llevó el tema a plantear una tarea sumamente
relevante.
Se planteó formular un trabajo organizacional alrededor de
formular una reforma hacendaria, que cubra tanto la parte de ingresos (comúnmente
llamada fiscal), como de egresos (bajo el clamor de la equidad fiscal,
transparencia y nulidad de la corrupción y discrecionalidad en el manejo de los
recursos públicos.
En las participaciones que Solo Negocios realiza ante
medios de comunicación, se comenta desde hace más de 6 meses, acerca de la
imperiosa necesidad de una reforma estructural hacendaria, que ya se ha clamado
en el pasado: en 2010 por el grupo de los 6 (http://contaduriapublica.org.mx/grupo-de-los-seis-propuesta-de-reforma-fiscal/),
o Coparmex con Sociedad en Movimiento en 2005, y en general por muchos otros
organismos e interesados en el tema.
La coyuntura actual que eleva la imperiosa necesidad de
esa reforma estructural hacendaria radica en varios flancos:
- El primero, la reforma fiscal de EE.UU.A., que lo hace más competitivo a ese País, para atraer inversiones respecto México, como cuando un cliente se convierte en competidor. Esto no es absoluto y falta ver efectos reales una vez aplicados los beneficios de la reforma y la comparativa integral de la operación fiscal en EE.UU.A. y México. Pero si se adviene la posibilidad de incluso una batalla mundial de reformas fiscales y México si bien no tiene que bajar tasas nominales, sí podría requerir ajustar tasas efectivas.
- El segundo, respecto la equidad fiscal. México es una República federalista y debe seguir apoyándose entre quienes tengan más hacia quienes tengan menos, incluso a niveles de gobierno. Pero ello no puede significar una carga eterna ni distorsionante donde la capacidad adquisitiva del aportante tienda a nulificar. Se trata de compartir la riqueza, no la pobreza. Por ende, es urgente reestructura la forma en que se reparte el dinero de los mexicanos. Aunado a ello, se debe buscar mayor autonomía financiera de las diversas entidades, sean federativas e incluso municipales.
- El tercero, respecto la falta de transparencia en el manejo de los recursos. En agosto de 2016, SHCP señalaba que México no tenía por qué ni cómo hacer una reforma fiscal respecto la de EE.UU.A., porque no tendía de dónde obtener los recursos que requieren para la operación del gobierno federal, las participaciones a entidades federativas y municipios, otros poderes y las obligaciones preestablecidas. En esencia, la discusión fiscal siempre ronda sobre un tópico fijo; el gasto es intocable. Y ese el primer error que se comete, pues no se justifica un gasto de 5 billones de pesos (presupuesto federal 2017), y que ha venido creciendo año tras año por encima de la inflación, y al final no notemos los mexicanos, avances por ese gasto presuntamente a favor de nosotros.
- Y finalmente el cuarto, ligado al clamor del gobernador de Chihuahua, no debe haber lugar a manejos políticos de zanahoria para el premio y garrote para la sanción, cuando una entidad subnacional cuestiona legal y moralmente a una federal o viceversa y lo mismo entre esferas de poder gubernamental (legislativo, ejecutivo, judicial y órganos autónomos). Los recursos públicos no deben asignarse en proporciones vinculadas a los colores de un partido político, u otras distorsiones. Deben ser asignados con transparencia, legalidad y absoluta justificación de necesidad y costo-beneficio social.
Por lo anterior, y dados los tiempos políticos, es
menester que los organismos empresariales y profesionales mexicanos, se
organicen a favor de crear una serie de recomendaciones generales y
modificaciones base del sistema fiscal mexicano, para poner como agenda
política electoral a los diversos candidatos que el 1 de julio disputarán
puestos de elección popular en México, para que una vez elegidos, se apuntale
el 1 de septiembre a que el nuevo Congreso inicie las deliberaciones y tenga
aprobado para el 1 de diciembre la reforma hacendaria, cuando entre el nuevo
Ejecutivo federal, la publique y entre en vigor el 1 de enero de 2019.
No se debe perder el tiempo, la técnica y aspiraciones a
una mejor Nación, deben prevalecer.
Alejandro
Sandoval Murillo
Solo
Negocios
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