Las criptomonedas, o dinero virtual, creado por científicos hace algunos años para compensar el permitirles usar los procesadores de las computadoras personales a quien deseara permitirles correr operaciones de sistemas mientras no se usaban, hoy se han convertido mucho por moda, en elementos de especulación mercantil.
La moneda más conocida es el Bitcoin, pero en realidad cualquier persona puede crear su propia moneda. Ya hay empresas que aceptan el pago de sus bienes ofertados con esa moneda particular y en algunos casos otras existentes. La peculiaridad es que no son reguladas por ningún ente gubernamental, sino una serie de reglas prefijadas por sus creadores, como límite de cantidad disponible, seguridad encriptada por sistemas complejos matemáticos y en cómputo, entre otros.
Se ha sobrevalorado mucho el tema, y puesto de moda, ha sobrevalorado a las mismas, con crecimientos de 1000% anual en bitcoin y algunos casos hasta 35000%, completamente fuera de lugar, pero cierto, pues quien es tenedor de una de esas monedas, puede convertirlo a cualquier otra divisa o bienes por el valor actual en el mercado.
En mucho, más allá del tema de burbujas, especulación y probable quebranto, destacan temas de teoría económica sumamente relevantes. Sucede que el dinero es ordinariamente visto por las personas como un elemento con el cual se actúa en el mercado. El problema es que esa visión, se torna cerrada en cuanto a que se cree que es la única forma de participación en el mercado, cuando en realidad, en dicho mercado, cualquiera, se puede participar con cualquier intercambio. El dinero, digamos el Peso mexicano, es una de las múltiples, pero más sencillas formas de participar en un mercado.
La definición tradicional de dinero es que es un medio de intercambio aceptado por una sociedad para el pago de bienes, servicios y todo tipo de obligaciones. Y debe cumplir con 3 características básicas: es medio de intercambio fácil de almacenar y transportar; unidad contable que permite medir y comparar valores; y es refugio de valor posibilitando el ahorro.
Por ende, el dinero es otro bien igual a cualquier otro, sea ropa, equipo de cómputo, activos fijos cualquiera, y no algo especial para adquirir esos bienes. Incluso su valor, del dinero, se tasa en elementos similares como las tasas de interés, pero también respecto otras monedas (mercado de divisas). Y por supuesto, conllevan las mismas leyes económicas de la oferta y la demanda, para entender el porqué de su valor en momento particular.
Comprendiendo esa igualdad de condiciones entre cualquier bien y el dinero, entonces podemos transpolar el entender a mismas condiciones entre los bienes, el dinero y las criptomonedas.
Ahora, en cuanto a la definición expuesta 3 párrafos arriba, pudiera para algunos y otros, ser aplicable a cualquier bien. Por ende, es igualmente aplicable a las criptomonedas. Y, por ende, cualquier bien en términos económicos es igual a una moneda y por supuesto a una criptomoneda.
Volviendo al tema de la especulación e incluso particularmente la burbuja, lo mismo puede y ha ocurrido con cualquier bien, como por ejemplo la vivienda, que en 2008 estalló la burbuja creada alrededor de ella en EE.UU.A., provocando la recesión global más cruenta en la historia.
No buscamos en este texto, respaldar las operaciones especulativas, sino simplemente dejar bases que consideramos relevantes para comprender el contexto y actuar en consecuencia. Con cualquier bien se puede especular (dada su oferta y demanda), crear burbujas que tarde o temprano se desinflarán (débil como equipo celular por competencia o vivienda por impagos), defraudar (fraudes de negocio como el uso de autos ilegales, robo de identidad en tarjetas de crédito/débito), o simplemente operar (hay quienes, en México, ilegalmente no aceptan pesos, y sin embargo las operaciones se realizan).
El tema, sobre todo con las cosas que se ponen de moda, son innovadoras y su desconocimiento asusta, siempre se quiere buscar regular. El brazo paternalista del gobierno, actuando a favor de sus pobres conciudadanos potencialmente a ser dañados. Esa potencial sobrerregulación, es mucho más dañina en muchas ocasiones. Y no se trata de evitar leyes. Pero es relevante comprender que un sistema jurídico, una norma, implica trabas a la libertad individual. Y que solo con claras y certeras justificaciones, deben ser creadas esas normas que componen ese sistema jurídico.
Por lo anterior, los siguientes planteamientos gubernamentales, son peligrosos al ser notoriamente injustificados, por simplezas o incluso notoria ignorancia de lo que acontece en el mundo cibernético con las famosas criptomonedas.
Por ejemplo, en Rusia, el banco central busca restringir o prohibir las transacciones con criptomonedas. Igual el gobierno chino, ya intenta lo mismo. Pero los defensores, a veces caen propiamente en la noción contraria del existir de las criptomonedas, esto es, que no sean reguladas.
Dentro de los argumentos para defender la prohibición o su regulación, es que son elementos que pudieran estar vinculados a sistemas de fraude piramidal y algunos rayan en el ridículo de decir que se realizan actividades ilegales con ellas, cuando las actividades ilegales se realizan con cualquier divisa. Y se habla de seguridad, cuando con una divisa regulada, es tan inseguro como ser robado, defraudado e incluso hackeado en manejo de banca electrónica o tarjetas de crédito o débito.
Es muy probable que el exuberante valor del bitcoin o Ethereum, termine ajustándose a la baja. Pero ciertas virtudes que tienen esas criptomonedas, podrían hacerlas sobrevivir un potencial escenario bajista, y ajustarlas al mercado y sus necesidades. Su valor es alto por especulación, pero ello no significa que desaparecerán forzosamente. Especular con ellas, es válido y en consecuencia con el axioma financiero de que, entre mayor rentabilidad buscada, mayor riesgo a correr. Pero, al final, las criptomonedas, tienden a cumplir las 3 características básicas del dinero, y en su caso podrían haber llegado para quedarse, al menos por un tiempo.
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